Mira, hoy voy a hacer una crítica al legal design.
Podrá sonarte raro, pero tengo una sola política: sinceridad ante todo.
No conozco una sola materia que esté libre de crítica, el legal design no iba a ser menos, después de 2 años practicando esta metodología, realizado muchos proyectos de contratos y servicios puedo darte mis impresiones.
Ahora estamos en la fase del enamoramiento por la metodología pero ¿cuántas veces hemos agradecido tener a ese amigo que te decía «para el carro que vas muy rápido»?
Espero ser esa amiga, así que, la cosa empieza así
«Quería usar legal design para atraer clientes, no para hacerlo»
Esta frase es real.
Estaba tomando un café con una chica que acababa de conocer, me contactó porque había visto unos dibujos que hice en lawandtrends
Yo al café nunca le digo que no, así que allí estábamos, ella muy contenta contándome sus planes y de repente me dijo que quería que le contase un poco sobre lo de legal design.
Había leído varios artículos «y tal» pero la cosa es que «creo que no hace falta practicarlo, sinceramente lo quiero como gancho, ya sabes, como publicidad»
Crítica al legal design #1: usarlo de gancho.
Pasa con todas las palabras de moda, en algún punto de su existencia se difumina tanto su significado que parece una palabra asociada a los «vendehumos».
Es algo que entiendo natural, porque en todas las disciplinas hay fans, personas que ni frío ni calor y absolutos detractores.
La cuestión es que creo que debemos tenerlo en cuenta a la hora de hablar de esta disciplina.
Hice esta mañana una búsqueda en google con el término «legal design» hay tantas páginas explicando «que es», «los 5 pasos de la metodología» y tan pocos ejemplos prácticos que parece vacío de contenido cuando no es así.
Tenemos una comunidad rica y variada, que cada vez lanza más productos y contratos amigables.
Me encantaría que se siguiera ese camino y que la próxima vez que busque legal design esté lleno de información práctica.
Inciso: El problema de usar legal design como «publicidad» y no practicarlo
No podía dejarte sin conocer la respuesta que le di a esta chica: no vendas lo que no vas a poder dar. Te generará mala imagen.
Sigamos.
Crítica #2 Usar la metodología como finalidad y no como principio.
Hay una diferencia entre usar el Legal Design como una herramienta más para la ideación e innovación y usar la metodología por usarla.
Me pasa a menudo «Mare enséñame eso del Legal design» claro yo te enseño, pero satisface mi curiosidad: «¿para que la quieres?» y a esta le siguen algunas de las siguientes preguntas:
- ¿Hay algo que quieras innovar?
- ¿Has visto que algo no te está funcionando en tu metodología de trabajo?
- ¿Te has cansado de hacer siempre lo mismo y quieres cambiar de aires?
- ¿Quieres darle un empujón creativo a tu trabajo?
Ya sabes que lo mío es preguntar, por curiosidad y para saber que lleva a una persona a querer aprender esta disciplina.
La respuesta que se repetía muy a menudo y que me sorprendía: por practicarlo, porque suena bien.
El fin último de estas personas era practicarlo y poder decir que lo prácticaban (basado en sus respuestas)
Sin embargo, me encantaría recordar que el Design thinking es un punto de partida, un camino que te facilita la creación de ideas.
¿Qué en algún momento creas sin post-it, canvas, buyer persona? maravilloso, la creación no podemos encorsetarla en 5 pasos.
Crítica #3. no conocer las bases del diseño.
La primera vez que le dije a mis compañeros diseñadores que había una disciplina llamada legal Design dieron un grito al cielo.
«intrusismo profesional» «madre mía si no tenéis NPI»
Fueron las dos primeras frases que soltaron por la boca la mayoría de ellos.
El «problema» que encuentran los diseñadores (gráficos, UX, de artes, de productos, editorial, web, publicitario) es que el design thinking es una democratización (en el mal sentido) del diseño.
Ahondemos un poco en ello:
La profesión de diseñador y de abogado se enfrentan a los mismos típicos tópicos:
«¿Tengo un primo que?»
«¿Por qué me cobras si te va a llevar 5 minutos?»
«Para el trabajo que va a ser esto es muy caro»
En esencia el problema típico al que se enfrentan ambas profesiones es: no saben valorar lo mucho que cuesta ser diseñador o ser abogado.
Ahora, a esto le sumamos que bajo el concepto de design thinking «cualquier puede ser diseñador si lo práctica»
De esta forma, cualquier persona (en nuestro caso abogado) que no ha tenido un mínimo de interés o contacto con las artes en su vida se siente diseñador.
Porque ha seguido los 5 pasos, ha rellenado los canvas y ha usado post it.
El diseño va mucho más allá y si puedes conseguir a un diseñador que forme parte de tu equipo para que lleve a cabo lo que mejor sabe hacer, ahorrarás tiempo y tendrás mejores diseños.
Me siento muy orgullosa de poder decir que en akme somos abogados y diseñadores, contamos permanentemente con una licenciada en bellas artes, contamos con diseñador gráfico y diseñador de producto para otros proyectos.
Lo que te cuento, como dibugada, lo hago después de dos años de práctica y después de haber estudiado tanto que puedo decir que tengo una biblioteca de diseño tan amplia como de derecho.
Lo que quiero decir con esta «crítica».
Valoremos el trabajo de los diseñadores como se merecen, porque han trabajado mucho y muy duro para especializarse y lo mínimo es que, usando esta disciplina, tengamos a un diseñador de confianza para que sea miembro de nuestro equipo.
Hay maneras de poder llegar a un correcto equilibrio entre la democratización del diseño y el trabajo efectivo de los diseñadores.
Conclusión.
Como puedes ver al final la crítica al legal design se concentra en ciertos comportamientos de ciertas personas que podrían hacer realidad la frase de «no se puede tener nada bonito».
El trabajo que podemos hacer con el Legal Design es enorme, pero para ello hay que mancharse mucho las manos y trabajar mucho y no parar de probar nuevas soluciones.
El P.D que deseabas.
Ya sé que tú no haces esas cosas, que prácticas el legal design de corazón y que te gusta contar con un diseñador aunque sea para cambiar impresiones.
Te paso la pelota:
¿Encuentras de verdad una crítica al legal design?